Muchos colombianos continúan utilizando los billetes como si fueran una libreta de apuntes, algunos los arrugan para hacer aviones o barcos y no faltan quienes le ponen bigote a Policarpa o los grapan y los cosen con ganchos. Este deterioro anticipado de los billetes sigue generando un gran dolor de cabeza a las autoridades del Banco de la República, que tienen que destinar cerca de 6.000 millones de pesos al año para reponer piezas dañadas por maltrato. Un billete en condiciones normales de buen uso puede durar entre 10 meses (los de 1.000 y 2.000) y 34 meses (los de 50.000). El costo de fabricar un billete de baja denominación es de 52 pesos y de 103 para alta. En Colombia hay 1.430 millones de billetes en circulación equivalente a 28 billones de pesos. Según el gerente del Banco de la República, José Darío Uribe, las últimas campañas orientadas a alargar la vida útil de los billetes han ayudado, pero todavía las cifras de mal uso son muy preocupantes. Por esta razón, el Emisor relanzó la campaña para disminuir el deterioro prematuro de estas piezas y, a la vez, educar a la población para que evite ser víctima de los billetes falsos.
fuente: Revista Semana