En cuestión de sexo, puedes utilizar la boca para muchas cosas. Preguntar bobadas no es una de ellas.
El buen sexo no deja interrogantes estúpidos abiertos. Tendrías que estar flotando, incapaz de preocuparte de nada más. El problema es que a veces la mente se evade tanto que no piensas con claridad. Y entonces hablas sin pensar. Mala política. En general, en la cama, se valora el silencio. "Cualquier indicación o observación no forma parte del estímulo erótico y te saca de la situación", advierte Francisca Molero, directora del Instituto de Sexología de Barcelona. Toca aprender a callar.
1 ¿La tengo grande?
Esta pregunta pasa por la cabeza de muchos hombres. Pero seamos sinceros, ¿de verdad quieres oír la respuesta? ¿Y de verdad quieres oírla justo cuando tu cosita está en su mejor momento? Es una pregunta inútil porque: a) da igual cómo la tengas, no hay nada que lo pueda cambiar; y b) si las noticias son malas, la chica mentirá. Y en cualquier caso parecerás un ególatra que mide el mundo a través de unos pocos centímetros que cuelgan entre sus piernas. Piensa qué harías tú en la situación inversa. Si ella te pregunta: "¿Tengo las tetas muy pequeñas?", acaso le respondes: "Cariño, ni me había dado cuenta de que tenías tetas...". Pues claro que no. Y, por cierto, a la pregunta obligatoria de si crees que tiene el culo gordo, tienes que responder obligatoriamente: "No, es perfecto."
2 ¿Puedes ir más rápido / darle caña / dejar de morderme?
Puede parecerte una forma sensible y cuidadosa de valorar la actuación de tu pareja. Ya sabes, como un sargento que habla con educación a sus tropas militares en lugar de ladrarles las órdenes como un poseso. Pero el problema es el siguiente: aquí no mandas tú. Eres como el afortunado que acaba de ganar la lotería, y el primer premio es estar tumbado justo donde estás tú. ¿Y qué ocurre si tu chica no está acertando en lo que está haciendo?
Hay unas normas básicas que debes respetar y que nos desvela Molero: "En la cama debería emplearse lo que los sexólogos llamamos ?comunicación sexual asertiva? y que consiste básicamente en no utilizar nunca la palabra ?no?. Una negación es un fracaso y provoca frustración", explica Molero.
Tranquilo, soldado. Si tu chica te hace algo con lo que no disfrutas, éste es el plan estratégico que debes seguir: hazle alguna cosa que sepas que le gusta y confía en que se distraiga y deje de hacer eso que te desagrada.
3 ¿No habías dicho que te apetecía probarlo?
Seguro que lo dijo. Y seguro que todavía quiere probarlo. Pero ahora, no. Aquí, no. De esta forma, no. Una cosa es lo que dos adultos se dicen de manera espontánea en la comodidad e intimidad del sofá después de tres copas de vino tinto, y otra cosa totalmente distinta es lo que esos dos adultos hacen cuando están en la cama.
Esta clase de cosas necesita charlas, negociaciones, planes y mapas de carreteras consensuados. Así que deja de hacer eso, espera al momento oportuno, que por mucho que insistas no va a llegar esta noche.
4 ¿Te ha dolido?
Piensa en las respuestas posibles:
a) "No, siempre hago muecas de dolor cuando experimento una relajación absoluta."
b) "No, siempre grito: "¡Eh, para! ¡Me haces daño!" cuando estoy en mi momento más pasional."
c) "Sí, imbécil. ¿Es que no te has dado cuenta?"
En momentos como ése, lo mejor que puedes hacer es no decir nada y actuar correctamente. "Deberías bajar la intensidad sexual y recuperar el erotismo mediante caricias".
5 ¿Te la has metido entera en la boca?
Una vez más, ¿qué esperas que te conteste? Hay un dicho sobre dar la mano y coger el brazo... Vamos a ver, ¿has intentado alguna vez meterte un plátano entero en la boca y seguir con la conversación? Agradece que, al preguntárselo, tu novia no dejara de hacer el trabajito para decirte: "Cariño, claro que me la he metido entera... como es tan pequeña es fácil...".
6 ¿Puedo encender la luz?
Lo que piensa ella: "Claro, enciende la luz. Y tengo una linterna en el armario, justo al lado de la cámara de vídeo. ¿Por qué no enciendes esas dos cosas también? Ah, y no te olvides de descorrer las cortinas para que los vecinos se diviertan con nosotros."
Para empezar, ¿alguna vez te has planteado por qué la chica ha apagado las luces? Es probable que algunos complejos la hagan preferir la oscuridad. "Si la relación ha empezado así, encender la luz cortará la atmósfera que se ha creado. Es el momento de concentrarse en la sensaciones y dejar las peticiones para otra ocasión", aconseja Molero.
Ata tu lengua corta y espera a mejor ocasión, pero entonces, utilízala también con pericia. Si ella tiene complejos, tendrás que reforzarla para que acceda a encender la luz. "En general, los dos temas que más acomplejan a las mujeres son el pecho y la celulitis. Decir de vez en cuando que te gusta ayuda mucho. Estos complejos no sólo influyen en tener la luz apagada, también hay posturas que las mujeres prefieren no adoptar por la visión que tiene su pareja de ella. Por ejemplo, algunas mujeres se sienten incómodas encima de sus parejas por cómo se ve su pecho en ese momento", explica Molero.
7 ¿Por qué no invitas a tu amiga?
Error. Error. Error. Ésta es una de esas preguntas que entran en la misma categoría que pedirle tu jefe que te duplique el sueldo o preguntarle a un niño de cuatro años si puedes cambiar los dibujos animados por un documental histórico. Sólo con preguntar, destruyes todas las posibilidades de una respuesta afirmativa.
Aunque tu pareja haya alabado el cuerpazo y las piernas kilométricas de su amiga, incluso aunque haya planteado de forma abierta hacer un ménage à trois con ella, nunca jamás debes preguntarle por qué no la invita. Si lo haces, tu novia tendrá la clara impresión de que quieres tener una aventura con su fantástica amiga... mientras tu novia hace de espectadora. Y no es eso lo que quieres. Lo que quieres es que tu pareja tenga la clara impresión de que, si eso es lo que ella desea (y si insiste), tú no vas a negarte.
8 ¿Quién es Javier?
¡Vaya, vaya! ¿Qué te parece? Resulta que la chica que tienes al lado ha hecho algo que muchas veces pillan haciendo a los hombres: pensar en una mujer cuando se acuestan con otra, y después gritar el nombre que no toca en el momento menos apropiado. Antes de montar una escena, detente un momento para adivinar si ella se ha dado cuenta del lapsus o si el nombre ha surgido de lo más profundo de su subconsciente a través de los efectos alienadores de tus movimientos de placer. "En estos momentos, es mejor no decir nada o intentar olvidarlo. A veces, en la vida diaria dices tenedor en vez de cuchillo. Esto suele ocurrir al principio de la relación, cuando existe la costumbre de decir otro nombre. Y ello no significa que lo recuerde con cariño o siga enamorada de él, puede tener el peor de los recuerdos y pronunciar su nombre", tranquiliza Molero.
9 ¿Te falta mucho?
Un buen momento para preguntarle eso es cuando tenéis que salir a cenar, tú ya estás esperando en la puerta de casa y ella sigue acicalándose. Un mal momento para preguntarlo es en la cama, en medio de un polvo, cuando, con toda seguridad, ella estaba a punto de llegar al orgasmo. Si lo preguntas por impaciencia o curiosidad, parecerá un reproche, y entonces es casi seguro que su respuesta sea: "No, a quien le falta tacto es a ti".
10 ¿En qué piensas?
Tiene los ojos cerrados y la boca abierta. Respira entre jadeos. Es evidente. Debe de estar pensando en la cena. O en la lista de la compra. O en quién se ha dejado la luz del comedor abierta.
Qué pregunta tan absurda: ¿cómo puede ser que la mujer con la que acabas de tener una relación íntima esté pensando en otra cosa que no sea vuestro fantástico encuentro sexual? No te preocupes por lo que piensa. Disfruta del momento. Igual que ella.
11 ¿Qué hora es?
Establezcamos un hecho primordial de la física: el sexo es un espacio sin tiempo. No tiene sentido acostarte con alguien si vas contando las horas y los minutos. Y si te preocupa quedarte dormido por la mañana después de haber trasnochado, pues pon el despertador. Lo único que debes hacer es asegurarte de que no es de esos que brillan tanto por la noche que estropean todos los momentos de paz (ya sabes, como estás haciendo tú ahora mismo).